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jueves, febrero 3

Recomendaciones básicas práctica de Yoga



Entorno para la práctica.

El yoga es un sistema desarrollado para personas físicamente sanas, para tratar algunas enfermedades menores y corregir defectos posturales.
— La práctica se efectuará con el estómago vacío y, si es posible, también con los intestinos y vejiga vacíos.
— No practicar inmediatamente después de un gran esfuerzo físico o de una exposición prolongada al sol.
— No efectuar ejercicios violentos ni tomar una ducha fría inmediatamente después de la práctica.
— La práctica de asana es mejor efectuarla en una habitación amplia, con buena aireación y luminosidad.
— Si hace frío utilizar ropa deportiva amplia y de fibra natural (algodón, lana,...). Si hace calor usar la menor cantidad posible de ropa.
— Siempre, para relajarse al final, abrigarse mas o taparse con una manta.
—Se puede oir música relajante durante la práctica pero no es necesario.

¿Cuál es la edad mas conveniente para la práctica?

Lo ideal es empezar la práctica de asana en la niñez, ya que el cuerpo es capaz así de alcanzar gran flexibilidad; no obstante, su práctica puede iniciarse con éxito a cualquier edad ya que la flexibilidad es sólo uno de los componentes de las posturas.
Se puede decir que la secuencia de asanas debe adaptarse al estado físico y edad del practicante y no al revés.

Practicar en Centro de Yoga o en casa.

Al principio es mejor aprender las técnicas básicas en un Centro de Yoga (3 ó 4 primeros años, por ejemplo), con un instructor competente. Mas adelante, es conveniente que el alumno adapte la práctica a su propio desarrollo y necesidades, practicando en su domicilio.
En todo caso, es conveniente asistir de vez en cuando al Centro de Yoga, seguir en contacto con el Profesor y abrirse a otros métodos que complementen el estilo propio.



¿Qué hay que hacer en una âsana?

En su fase estática, hay que relajarse lo más posible y fijar la atención en la zona del cuerpo que mas trabaje la postura.
Es muy importante estar atento a la respiración.
Cuando se domina una âsana, según Patâñjali, se experimenta la relajación de todo esfuerzo y la fusión con lo ilimitado.

¿Hay que relajarse entre posturas?

Cuando la postura resulta fatigante, es imprescindible relajarse tras ella y esperar a que la respiración y los latidos del corazón se tranquilicen antes de pasar a la siguiente.
Entre bloques de posturas, sobre todo si se trata de pasar de un tipo de posturas (flexiones hacia delante, por ejemplo) a otro tipo opuesto (extensiones hacia detrás), hay que relajarse hasta perder la "sensación especial" que deja en el cuerpo el tipo de posturas practicado, antes de pasar al siguiente bloque.
Entre posturas menos costosas físicamente, o cuando ya se domina el ritmo y la técnica de las âsana, no resulta necesario relajarse entre ellas, conduciendo la práctica al "encadenamiento continuado".

¿Qué se dice de âsana en los Yogasutras?

La postura debe ser firme y confortable (II.46)
La postura debe ser tanto estable como agradable. Una vez establecida, la mente y los miembros deben permanecer firmes, sin sensación de dolor.

Las posturas se perfeccionan mediante la relajación de la tensión, o mediante la identificación completa con el infinito (II.47)
La postura se perfecciona en la inmovilidad mediante la desaparición del esfuerzo. El esfuerzo es justo, adecuado, modulado correctamente cuando la relajación de las tensiones inútiles alcanza la perfección. Porque es la cualidad de descontracción la que da la medida de la inteligencia en el esfuerzo.
También, la postura es perfecta cuando la mente se identifica con el infinito, cuando se transforma en infinito, es decir, cuando hace de la idea del infinito su propio contenido.

A partir de ahí (con la perfección de las posturas), (al yogui) no le afectan las situaciones extremas (II.48)
Cuando se dominan las posturas los extremos, como el calor y el frío, lo agradable y lo desagradable, no suponen un obstáculo. Este poder ha de entenderse como la simple recuperación de la natural capacidad de autorregulación térmica ante los extremos de la naturaleza que poseyó sin duda el hombre primitivo.

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